viernes, 27 de diciembre de 2013

K SIDE: BLUE - El discípulo del espadachín demoníaco (Parte 2)

Aquí tenéis el final del extracto de K Side:Blue cuya primera parte compartí en esta entrada. Espero que os guste. ¿Qué queréis que traduzca a continuación? ¿El final de este capítulo o un extracto de un capítulo anterior en el que Munakata se encuentra con Zenjoh de noche en el dojo de Scepter 4?









Zenjoh abrió la puerta de la casa donde vivía solo y se quedó sin respiración.
Delante de sus ojos se encontraba una figura que no veía desde hacía años: Habari estaba de pie frente a su puerta.
No... no puede ser. Ese hombre no era Habari. Fijándose bien, tampoco se parecía tanto. Pero tenía algo que hacía que se diera un aire.
El hombre llevaba un uniforme azul y una espada a la cintura. No pasaría de la veintena, pero la mirada que le dirigía a un soldado veterano como Zenjoh no mostraba sombra de duda, o timidez alguna. Era algo más allá del simple descaro, mostraba tanta confianza en sí mismo que resultaba abrumador. Parecía un hombre que tenía fe en su propio destino.
–Usted es Gouki Zenjoh, ¿no? –Zenjoh seguía mirándolo boquiabierto cuando el hombre se dirigió a él para presentarse–. Encantado de conocerlo. Mi nombre es Reishi Munakata.
–Adelante... Pasa adentro.
En los más de 10 años que había vivido como ermitaño, su misantropía había empeorado considerablemente, pero este hombre, Munakata, tenía una presencia que era imposible de ignorar. Después de invitarlo a pasar, Munakata volvió a hacer gala de su serenidad adentrándose en su territorio, en su gigantesca morada, con toda la tranquilidad del mundo a pesar de que no se conocían.
Zenjoh preparó el té,  ambos se sentaron en posición de seiza sobre el suelo de tatami y se miraron.
–Siento haber venido sin avisar –dijo con una leve reverencia–.
–No importa...
Zenjoh le indicó que parase alzando su mano derecha.
En su casa no había línea ni teléfono, y desde luego no tenía ningún terminal portátil de comunicación. Había un funcionario del gobierno, del departamento de comunicaciones, que se encargaba de hacer de mensajero y vigilante cuando era necesario. Pero Zenjoh siempre había rechazado cualquier mensaje que le traía. Es decir, que lo único que Munakata podía hacer para ver a Zenjoh, era ir en persona a ese lugar.
–Tu... ¿y ese uniforme? –preguntó Zenjoh–.
–Mi cuerpo aún no se ha acostumbrado a él, pero... –Munakata tocó el cuello de su uniforme azul y esbozó una pequeña sonrisa– .
–Eres de Scepter 4. Has cambiado un poco el diseño –la expresión de Zenjoh cambió ligeramente y Munakata asintió–.
–La organización de Scepter 4... He heredado su posición y su autoridad. Quizá debería presentarme más formalmente...
–Como quieras...
–Soy... el Rey Azul actual.
Como pensaba...
Poseedores de una fuerza incomparable, líderes de aquellos con poderes, los reyes de lo sobrenatural.
No era algo que se eligiera por votación en una organización, ni algo que decidiera algún superior, sino que un día, sin previo aviso, la Roca los convocaba.
Al igual que había sucedido una vez con Jin Habari, Reishi Munakata también habría pasado por ese súbito despertar, convirtiéndose en el Rey Azul y en el líder de Scepter 4.
–¿Qué hay de los miembros de Scepter 4?
Durante diez años, Scepter 4 había continuado con sus actividades a pesar de ser un clan sin rey, pero el año anterior lo habían suspendido a raíz de cierto incidente, y en la actualidad la organización se consideraba finalmente disuelta.
–Yo mismo estoy seleccionando a todos los miembros del renacido Scepter 4–Munakata contestó la pregunta de Zenjoh con total tranquilidad–.
–Ah... ya veo...
Estaría mintiendo si dijera que nunca había pensado que tener compañeros fuera algo innecesario, pero al mismo tiempo...
También pensaba que era algo bueno.
El deber de un rey con poder sobrenatural no es prestar atención a los sentimientos de sus subordinados. Deben aceptar la responsabilidad que su poder conlleva, ya que pueden realizar hazañas que no están al alcance de ninguna otra persona.
Es lógico que un nuevo Rey Azul cree una nueva organización si así lo desea. Ese es su trabajo, ¿no es así? No tenía por qué ir a decírselo a un hombre caído en desgracia como él mismo. Ahora solo era un antiguo miembro de Scepter 4, así que suponía que Munakata había ido a comunicarle sus planes por cortesía.
–Ya veo...
Repitió antes de hacer una profunda reverencia.
–Rezaré para pedir que el nuevo Scepter 4 tenga éxito.
Al pronunciar esas palabras, sintió que una herida en su interior se cerraba al fin. Era como si Jin Habari hubiera regresado del otro mundo y hubiera adquirido la figura del joven que tenía frente a sus ojos para ir a decirle “Ya puedes descansar”... Qué estupidez, imaginar algo semejante... Y sin embargo...
–Bien, dejemos a un lado las formalidades... He venido a por ti –dijo Munakata sonriendo–.
Cuando se fijó en su sonrisa, todo el cuerpo de Zenjoh se puso en tensión. Le llegó un presentimiento como una descarga eléctrica.
Era distinto...
El hombre que estaba frente a sus ojos sí que tenía algo en común con Jin Habari. Puede que fuera la propia naturaleza de un rey.
No ponía eso en duda, pero...
Pero  este hombre era claramente distinto a Jin Habari.
–Je, je... Qué aura tan temible... Eso hace que tenga aún más ganas de poseerte. Aquel al que llamaban mano derecha y confidente del Rey Azul Jin Habari, el espadachín más fuerte... “El demonio Zenjoh”.
Munakata no flaqueó al ver la expresión del iracundo Zenjoh, sino que su sonrisa se hizo aún más amplia.
Era la sonrisa insondable de alguien que puede leer la mente de quienes le rodean, pero que nunca revela sus verdaderas intenciones.
La mano derecha de Zenjoh se dirigió de forma involuntaria a la empuñadura de su espada. Todo su cuerpo anhelaba la espada que ya no llevaba colgada desde hacía mucho tiempo.
–Lo que hay que proteger es nuestra justicia.
Durante diez años, aquellas palabras habían sido el dogma de Zenjoh. No, de hecho se habían convertido en su razón para vivir. De eso no tenía la menor duda.
Pero este hombre...
Este hombre llamado Reishi Munakata, ¿sería un rey cuyos objetivos incluían la justicia? O por el contrario, ¿sería un ser extraño a ella?
Sintió que debía cerciorarse de ello.
Para proteger la justicia de Jin Habari, y la suya propia, hasta sus últimas consecuencias.

2 comentarios:

  1. Maaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssss

    quiero saber como sigueeeeeeeeee *-----------------------------*

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    Respuestas
    1. Gracias por comentar, ver que alguien se interesa por esta novela me anima a seguir con ella.
      Al final me puse a traducir un capítulo anterior, a ver si ahora que he vuelto de las vacaciones puedo ponerme al día y seguirlo :)

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