Zenjoh abrió la puerta de la casa donde
vivía solo y se quedó sin respiración.
Delante de sus ojos se encontraba una
figura que no veía desde hacía años: Habari estaba de pie frente a su puerta.
No... no puede ser. Ese hombre no era
Habari. Fijándose bien, tampoco se parecía tanto. Pero tenía algo que hacía que
se diera un aire.
El hombre llevaba un uniforme azul y una
espada a la cintura. No pasaría de la veintena, pero la mirada que le dirigía a
un soldado veterano como Zenjoh no mostraba sombra de duda, o timidez alguna.
Era algo más allá del simple descaro, mostraba tanta confianza en sí mismo que
resultaba abrumador. Parecía un hombre que tenía fe en su propio destino.
–Usted es Gouki Zenjoh, ¿no? –Zenjoh
seguía mirándolo boquiabierto cuando el hombre se dirigió a él para presentarse–.
Encantado de conocerlo. Mi nombre es Reishi Munakata.
–Adelante... Pasa adentro.
En los más de 10 años que había vivido
como ermitaño, su misantropía había empeorado considerablemente, pero este
hombre, Munakata, tenía una presencia que era imposible de ignorar. Después de invitarlo
a pasar, Munakata volvió a hacer gala de su serenidad adentrándose en su
territorio, en su gigantesca morada, con toda la tranquilidad del mundo a pesar
de que no se conocían.
Zenjoh preparó el té, ambos se sentaron en posición de seiza sobre el suelo de tatami y se
miraron.
–Siento haber venido sin avisar –dijo con
una leve reverencia–.
–No importa...
Zenjoh le indicó que parase alzando su
mano derecha.
En su casa no había línea ni teléfono, y
desde luego no tenía ningún terminal portátil de comunicación. Había un
funcionario del gobierno, del departamento de comunicaciones, que se encargaba
de hacer de mensajero y vigilante cuando era necesario. Pero Zenjoh siempre
había rechazado cualquier mensaje que le traía. Es decir, que lo único que
Munakata podía hacer para ver a Zenjoh, era ir en persona a ese lugar.
–Tu... ¿y ese uniforme? –preguntó Zenjoh–.
–Mi cuerpo aún no se ha acostumbrado a
él, pero... –Munakata tocó el cuello de su uniforme azul y esbozó una pequeña
sonrisa– .
–Eres de Scepter 4. Has cambiado un poco
el diseño –la expresión de Zenjoh cambió ligeramente y Munakata asintió–.
–La organización de Scepter 4... He
heredado su posición y su autoridad. Quizá debería presentarme más
formalmente...
–Como quieras...
–Soy... el Rey Azul actual.
Como pensaba...
Poseedores de una fuerza incomparable,
líderes de aquellos con poderes, los reyes de lo sobrenatural.
No era algo que se eligiera por votación
en una organización, ni algo que decidiera algún superior, sino que un día, sin
previo aviso, la Roca los convocaba.
Al igual que había sucedido una vez con
Jin Habari, Reishi Munakata también habría pasado por ese súbito despertar,
convirtiéndose en el Rey Azul y en el líder de Scepter 4.
–¿Qué hay de los miembros de Scepter 4?
Durante diez años, Scepter 4 había continuado
con sus actividades a pesar de ser un clan sin rey, pero el año anterior lo
habían suspendido a raíz de cierto incidente, y en la actualidad la
organización se consideraba finalmente disuelta.
–Yo mismo estoy seleccionando a todos los
miembros del renacido Scepter 4–Munakata contestó la pregunta de Zenjoh con
total tranquilidad–.
–Ah... ya veo...
Estaría mintiendo si dijera que nunca
había pensado que tener compañeros fuera algo innecesario, pero al mismo
tiempo...
También pensaba que era algo bueno.
El deber de un rey con poder sobrenatural
no es prestar atención a los sentimientos de sus subordinados. Deben aceptar la
responsabilidad que su poder conlleva, ya que pueden realizar hazañas que no
están al alcance de ninguna otra persona.
Es lógico que un nuevo Rey Azul cree una
nueva organización si así lo desea. Ese es su trabajo, ¿no es así? No tenía por
qué ir a decírselo a un hombre caído en desgracia como él mismo. Ahora solo era
un antiguo miembro de Scepter 4, así que suponía que Munakata había ido a
comunicarle sus planes por cortesía.
–Ya veo...
Repitió antes de hacer una profunda
reverencia.
–Rezaré para pedir que el nuevo Scepter 4
tenga éxito.
Al pronunciar esas palabras, sintió que
una herida en su interior se cerraba al fin. Era como si Jin Habari hubiera
regresado del otro mundo y hubiera adquirido la figura del joven que tenía
frente a sus ojos para ir a decirle “Ya puedes descansar”... Qué estupidez,
imaginar algo semejante... Y sin embargo...
–Bien, dejemos a un lado las
formalidades... He venido a por ti –dijo Munakata sonriendo–.
Cuando se fijó en su sonrisa, todo el
cuerpo de Zenjoh se puso en tensión. Le llegó un presentimiento como una
descarga eléctrica.
Era distinto...
El hombre que estaba frente a sus ojos sí
que tenía algo en común con Jin Habari. Puede que fuera la propia naturaleza de
un rey.
No ponía eso en duda, pero...
Pero
este hombre era claramente distinto a Jin Habari.
–Je, je... Qué aura tan temible... Eso
hace que tenga aún más ganas de poseerte. Aquel al que llamaban mano derecha y
confidente del Rey Azul Jin Habari, el espadachín más fuerte... “El demonio
Zenjoh”.
Munakata no flaqueó al ver la expresión
del iracundo Zenjoh, sino que su sonrisa se hizo aún más amplia.
Era la sonrisa insondable de alguien que
puede leer la mente de quienes le rodean, pero que nunca revela sus verdaderas
intenciones.
La mano derecha de Zenjoh se dirigió de
forma involuntaria a la empuñadura de su espada. Todo su cuerpo anhelaba la
espada que ya no llevaba colgada desde hacía mucho tiempo.
–Lo que hay que proteger es nuestra
justicia.
Durante diez años, aquellas palabras
habían sido el dogma de Zenjoh. No, de hecho se habían convertido en su razón
para vivir. De eso no tenía la menor duda.
Pero este hombre...
Este hombre llamado Reishi Munakata,
¿sería un rey cuyos objetivos incluían la justicia? O por el contrario, ¿sería
un ser extraño a ella?
Sintió que debía cerciorarse de ello.
Para proteger la justicia de Jin Habari,
y la suya propia, hasta sus últimas consecuencias.
Maaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarquiero saber como sigueeeeeeeeee *-----------------------------*
Gracias por comentar, ver que alguien se interesa por esta novela me anima a seguir con ella.
EliminarAl final me puse a traducir un capítulo anterior, a ver si ahora que he vuelto de las vacaciones puedo ponerme al día y seguirlo :)